
A mediados de mes nos recibe en el cielo una brillante luna llena, la última de este año 2024. El sol desde el grado 29º de Escorpio sideral lanza sus rayos iluminando a la luna que se encuentra en el grado 29º de Tauro sideral, en la nakshatra de Mrigashira, “la estrella de la eterna búsqueda”. Su nombre significa “cabeza de ciervo” que viene de la raíz en sánscrito “mrig” que significa “buscar” y la palabra “mriga” que significa “ciervo”, y cuyo símbolo es literalmente la cabeza de un ciervo. Las estrellas que forman Mrigashira son Beta Tauri, Lambda Orionis (Meissa) y Gamma Orionis (Bellatrix).
La luna llena en este lugar ilumina la pregunta: ¿qué estamos buscando realmente? Parece que siempre estamos en busca y captura de algo. Algunas personas están en busca de aquello que les vaya a dar la paz o la felicidad eterna. Otras personas buscan incansablemente quiénes son en realidad debajo de todas las capas de creencias que se han ido acumulando a lo largo de la vida. En general, los seres humanos buscamos y no nos saciamos. Muchas veces buscamos esa felicidad en lo externo, en personas o cosas materiales, y cuando no cumplen ese objetivo, los desechamos. Buscamos en los libros, en las estrellas, en las personas. Buscamos en el pasado, en la mente, en la imaginación. Buscamos en los cursos, en la información, en la razón. Buscamos, buscamos, buscamos…. Y ¿cuándo integramos realmente todo lo que encontramos, si no nos dejamos espacio y tiempo? Es la adicción a la búsqueda, a lo nuevo, lo que muchas veces nos mantiene en esta vorágine. Si paramos un momento, a lo mejor nos damos cuenta de que no hay nada qué buscar. Y eso, da mucho miedo, mucho vértigo. Da miedo reconocer que lo que creíamos querer, lo que creíamos ser, cómo creíamos que éramos, ya ha muerto. Da miedo darse cuenta de que hemos seguido viviendo poniéndonos una máscara. Pero todo lo que muere está condenado a renacer, de otro modo, con otro rostro, está condenado a transformarse.
La deidad que rige Mrigashira nakshatra es Soma. Una de las deidades más antiguas ya mencionadas en los Vedas, asociada al elixir de la inmortalidad llamado soma o amrita. Soma, más tarde, se asociará también al dios lunar Chandra. ¿Estamos buscando la inmortalidad? ¿Estamos buscando siempre estar bien, siempre estar felices, que no ocurra nada “negativo”? Esta luna nos puede ayudar a ver claramente dónde tenemos puestas nuestras esperanzas, si es en ilusiones que son imposibles en un mundo encarnado dual.
No puede existir “lo positivo” sin “lo negativo”. Cuando buscamos insaciablemente algo que nos llene porque nos sentimos vacíos, o cuando buscamos desde el prisma de nuestros deseos y anhelos inconscientes, podemos caer en la trampa de encontrar exactamente lo que creíamos que íbamos a encontrar. Pero si buscamos con la mente abierta, si buscamos simplemente por el placer y la curiosidad de conocernos más profundamente, puede que lo que encontremos nos sorprenda. Puede que lo que encontremos sea una nueva manera de vislumbrar el mundo y esta mirada nos ayude a vivir un poco más en paz en medio del caos diario, que es igual de necesario que la paz, para que todo siga existiendo.
El planeta regente de Mrigashira es Marte, dotando a este lugar del cielo de la motivación necesaria para ir en busca y captura de lo que uno desea. A la vez, si nos sentimos abrumados con todo lo que “creemos que debemos hacer”, sobre todo en estas fechas, podemos entenderlo desde el punto de vista de Marte que se encuentra debilitado en Cáncer, nadando obligado en las aguas de la Gran Madre, queriendo salir y perseguir lo que anhela, cuando en realidad es el momento de aprender a descansar.
No es una energía tan favorable para todos aquellos que sientan la obligación de estar hacia afuera en estas fechas, de organizar reuniones, de consumir sin ningún control, de ser responsables de la “felicidad” de otros. Porque en realidad, eso es siempre una ilusión que nos auto imponemos, seguramente basada en la necesidad de ser aceptados en comunidad. Nadie puede ser responsable del bienestar ajeno, por mucho que lo intentemos. Eso es lo que nos pide este momento, a discernir lo que hacemos por obligación inconsciente, o por amor y en integridad. Aprender a decir “sí” desde el corazón y no por obligación es la lección. Es un tesoro poder compartir momentos con aquellos que amamos, pero debe surgir del deseo real, no de la obligación impuesta, incluso a veces, por nuestro propio inconsciente y sus patrones.
La shakti o poder de Mrigashira es Prinana Shakti, el poder de dar alegría y satisfacción. En estos momentos del año, cuando el ciclo nos llama a analizar los últimos meses y cuánto hemos crecido y cambiado, podemos apoyarnos en esta shakti para encontrar la satisfacción y el agradecimiento en los momentos que podemos compartir con los demás. Es una paradoja que esta nakshatra nos hable de buscar y buscar y buscar incansablemente, cuando en su esencia existe esta shakti que nos habla de estar en paz, de estar satisfechos, y podemos usar esta energía a nuestro favor. No intentemos comparar nuestra vida con la vida de los demás, no intentemos hacer más de lo que realmente queremos hacer (y podamos realmente hacer en estos tiempos donde el cansancio está alto, y los recursos bajos). El mundo ya nos está siempre confundiendo tratando de vendernos necesidades inexistentes para ser felices, cuando lo que realmente anhelamos es compartir un poco de tiempo, ese tiempo que todos tenemos limitado, con aquellos que amamos.
¿Qué estamos intentando conseguir llenando nuestras casas de cosas y mesas de comida y bebida infinita? Lo que buscamos en ese llenar y llenar lo encontramos en realidad en el vacío. Es en ese silencio, en ese momento de entender que la búsqueda en sí misma es el camino, que no hay meta, que buscar es lo que llena, donde nos podemos empezar a sentir más ligeros. En el abismo, en el coraje y la honestidad de mirarnos sin adornos. Lo que casi todos anhelamos es sentirnos escuchados, sentirnos vivos a través de la mirada del otro, sentirnos aceptados y abrazados por nuestros vínculos, y por la vida. Sentirnos en plena aceptación de quiénes somos, por lo externo, y sobre todo, por nosotros mismos.
La luna en Tauro está regida por Venus, que se encuentra ahora mismo en Capricornio, y el sol en Escorpio está regido por Marte, que se encuentra debilitado en Cáncer. Venus y Marte están en oposición directa, al igual que lo están Luna y Sol. Tauro y Escorpio nos hablan de encontrar confort en el propio miedo, y Capricornio y Cáncer nos hablan de tomarnos en serio la búsqueda de aquello que trae paz a nuestro hogar interno. Mercurio, durante el momento de la luna llena, se encuentra en conjunción con Sol en Escorpio, mientras que Júpiter se encuentra en conjunción con Luna en Tauro. Mercurio y Júpiter en oposición nos hablan de prestar atención a nuestras grandes creencias y filosofías en las que nos basamos, y cómo utilizarlas de manera práctica en el aquí y ahora. El conocimiento analítico y del discernimiento frente a frente con el conocimiento más abstracto.
Unas horas después de la luna llena, la luna entrará en Géminis, y el sol en Sagitario, mientras que Mercurio irá saliendo de su retrogradación. Este momento de la luna llena es como una culminación de energías que han estado acumulándose y que van empezar a salir al exterior, a veces, de manera explosiva. Si durante la retrogradación de Mercurio hemos callado mucho de lo que queríamos decir, puede que cuando la luna entre en Géminis, y Mercurio ya no esté retrógrado, empiecen a salir todas las palabras que habíamos intentado enterrar (un poco peligroso si lo unimos a lo que comentaba antes de hacer cosas por obligación y reunirnos en ambientes que en realidad, no nos llenan sino que nos drenan).
Si durante este pasado mes hemos estado buceando en los abismos en busca de sombras del pasado, puede que cuando el sol entre en Sagitario podamos traerlas a la superficie para poder integrarlas, y que conformen nuestras nuevas formas de ver y nuestras nuevas creencias, y al principio, ver la sombra tan claramente no es fácil, y esto puede sumarse a la ansiedad y sensación de abrumación con la que este mes cuenta de por sí.
Por todo ello, más que nunca, es tan importante escucharse a uno mismo y tomarse el tiempo (o los tiempos) necesario(s) para descansar, respirar, observar, tomar decisiones desde un lugar de calma en vez de desde un lugar de frustración. Si no somos íntegros con nosotros mismos, con este clima astrológico, la sensación que seguramente generemos sea el calor del resentimiento.
Ese resentimiento culmina en culpar a todo y a todos de aquello que “no nos hace felices”, cuando en realidad, eso sólo está en nuestras propias manos (obviamente no hablo aquí de los problemas sistémicos que también son culpables de que no podamos encontrar la paz ni la felicidad personales si todo a nuestro alrededor es corrupto y movido por intereses políticos y económicos que nunca tienen al bien mayor como su meta…). A lo que me refiero es que si hacemos algo porque queremos y deseamos, no sentimos el peso ni la frustración que sí viene con aquello que hacemos porque nos sentimos obligados. Simplemente. Y hacerlo o no hacerlo, eso sí está en nuestras manos.
El mapa celeste puede convertirse en un aliado, o en un enemigo. No podemos justificar todo lo que hacemos, ni todo lo que somos, basándonos en algo externo. Al final, en el centro de la cueva del corazón, en silencio, en la soledad que acompaña al infinito, en el tiempo y espacio eternos, es donde realmente encontraremos lo que siempre hemos estado buscando: cada uno sabe lo que es para sí mismo.
Feliz luna llena, que esta luna en Mrigashira y todas estas energías estelares y planetarias nos ayuden a encontrar una forma en la que la búsqueda en sí nos sacie y podamos descansar en el caos necesario para todo renacimiento.
Para más información astrológica y simbólica sobre esta luna llena en Tauro sideral, puedes ver mi vídeo completo en mi canal de Youtube.
Muchas gracias por acompañarme una vez más.
Jai Ma!
Danah
Discover more from Journey To The Self - Viaje Hacia el Ser
Subscribe to get the latest posts sent to your email.